Sabía que tenía que venderme, convencerlos de que iba a traer valor a su empresa y que estaban mejor conmigo que sin mi. Era tanta mi hambre de querer estar ahí que lo logré, me aceptaron como practicante. Aunque la paga sólo me daba para comer arroz, no desistí porque sabía que estando ahí estaba más cerca de mi sueño.
Después de un tiempo de ser practicante decidieron contratarme. Estuve 4 años aprendiendo como esponja de negocios, ventas, jugadores y todo lo que giraba alrededor. Mi oportunidad de dar ese salto llegó cuando vi un vació en el mercado entre México y Estados Unidos, con mucho miedo y en contra de los consejos de casi todos a mi alrededor, dejé la seguridad que me daba ser un empleado por la incertidumbre de ser un emprendedor.
Empecé mi propia empresa, ahora llamada Six-Pack Mental, en el cuarto de visitas de mi casa, me puse un horario de trabajo que cumplí fielmente y cada mañana me sentaba en mi escritorio a hacer lo que dije que iba a hacer. Desde entonces mi empresa ha crecido y ha ayudado no solo a futbolistas profesionales, sino también a consultores, asesores, coaches y profesionistas a desarrollar mentes ganadoras y carreras exitosas.